Y bien... he vuelto

Después de tanto tiempo sin visitar estos lugares, es necesario hacer una breve recopilación de lo que ha pasado en mi vida...
Pues al fin, luego de casi siete años de desvelos y sacrificios (en todos los sentidos), logré terminar mi universidad. Las notas las publicaron hace más de un mes y yo todavía no me la creo. Me he quedado como en el limbo, con la sensación de que tengo que ir a retirar documentos para el próximo ciclo, que obviamente no llegará. Se me hace irreal el hecho de que tendré el dinero que ocupaba para costearme los gastos para invertirlo en otras cosas, no sé si será diversión, ahorros o tomaré otro curso de algo... no lo sé.

Lo que se me hace más increíble es que ya no veré diariamente a todas esas personitas que durante años me acompañaron en mis alegrías y desventuras. Aquellas amistades que se volvieron casi hermandades, pues con la convivencia diaria, se hizo natural estar juntos. No sé, todavía no asimilo que mi amiga está en otro departamento del país, lejos, lejísimos de mí, me siento triste por eso.

Dijimos que la amistad seguiría igual, que nada nos iba a impedir vernos, pero con un mes que llevamos sin vernos, siento que ya no es igual. No sé, la distancia y las ocupaciones de cada una está haciendo que tomemos rumbos distintos.

Mi salud no ha estado tan bien que se diga. Hace una semana regresé a trabajar luego de una larga incapacidad por una biopsia en mi talón izquierdo. ¿Si me dolió? No, no dolió nada. Como dijo mi doctor: "Duele más un desprecio".

El diagnóstico fue "Angiolipoma", que según la sabia Internet, son nódulos de grasa que se forman sin que uno pueda hacer nada para evitarlo. Estos al hacer contacto con los nervios, causan un dolor intenso e imposibilitan las actividades cotidianas. ¿Por qué me salió esto a mí? No lo sé. De lo que sí estoy seguro es que Dios escucha a las personas buenas, como la niña Alejandra, quien se pasa las tardes pidiéndole al Creador por esta oveja negra, descarriada, que no quiere enderezar sus pasos (por eso es que no me escucha a mí, solo a ella), que le cure de sus males; para fortuna mía, Él la escuchó al chas chas, y mis pies están listos para bailar.

En la casa, las cosas siguen igual... mi mamá bipolar, por ratos buena, por ratos mala. Pero pues, serán pocos meses los que estaré ya en la casa. Necesito respirar nuevos aires, irme de la casa y abrir mis alas independientes para valerme por mí misma.

De otro lado de donde quiero salir corriendo es mi trabajo. Aunque mis oídos ya son sordos a tanta patanería y mis ojos ciegos ante tanta injusticia, creo que mi espíritu necesita conocer gente nueva, gente genuina, buenas personas, con una sola cara. En este mundo es difícil encontrarlas, pero no imposible...

Bueno, después actualizaré más cosas que me han pasado; por el momento es todo... ya me aburrí de escribir, ciao.